El animismo designa el conjunto de creencias en un principio superior que se encuentra en ciertos lugares y objetos. Desde la perspectiva animista, todo ser superior esta vivificado por un espíritu o un alma. E.B. Taylor, en 1873, realizó la siguiente clasificación entre los grupos animistas:
1. Los que creen que las almas de los seres individuales sobreviven a la corrupción del cuerpo.2. Los que creen que grandes espíritus todopodersosos existen y los veneran como divinidades.
Entre los pueblos de cazadores-recolectores, lo mismo que había individuos más hábiles que otros para cazar, también los había que tenían una mayor destreza para curar. En estas sociedades se creía que la naturaleza estaba poblada por espíritus protectores de los animales, a los que había que ganarse para poder cazar. Del mismo modo, explicaban la enfermedad como la actuación de espíritus enemigos a los que había que neutralizar. Pensaban que ciertos individuos tenían la capacidad y la fuerza de enfrentarse a esos espíritus y así vencer la enfermedad y curar: eran los chamanes.
Para llegar a ser chamán, se debían cumplir algunos requisitos como poseer una especial sensibilidad, tener algún familiar chamán o haber pasado una enfermedad o alguna crisis que fuera vista como una elección por parte de los espíritus. Luego se tenía que pasar por un largo período de aprendizaje y, tras combatir con los espíritus enemigos de modo victorioso, ser aceptado como chamán en su comunidad. Pero aunque estas culturas explicaran las enfermedades como combates contra los espíritus, los chamanes sabían usar productos obtenidos de vegetales o animales con determinadas propiedades
Los chamanes solían ser personas muy respetadas en sus comunidades. Las luchas que decían que entablaban con los espíritus los llevaban a viajar al mundo de los muertos o a subir a los reinos celestes, y sus relatos estaban llenos de seres sobrenaturales cuyas imágenes dibujaban en sus trajes y tambores. Artistas y narradores eran la memoria y la identidad de sus comunidades. Pero si no conseguían que lloviese en una época de sequía o fallaba el combate que entablaban con los espíritus y moría el enfermo que estaba a su cargo, la comunidad podía dudar de sus poderes, cambiar de chamán o incluso expulsarlo.
Los chamanes utilizaban el canto y el ritmo para las ceremonias. El tambor era para ellos la boca con la que hablar en el mundo espiritual y el instrumento que les permitía comunicarse con los seres sobrenaturales.
Excelente.
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